Es preciso recordar que la escuela no solo es una
institución educativa ejecutora de procesos administrativos y técnicos, ya que
va mucho más allá, al ser una herramienta que configura a los individuos que
son parte de ella, los cuales, tienen diferentes tipos de relaciones con los
miembros de dicha institución, lo cual, enriquece su identidad a lo largo de su
trayectoria por dichos centros escolares, por el hecho de que estos
intercambios humanos están enfocados en el aprendizaje, en el desarrollo de
competencias cognitivas, socio-afectivas y comunicativas (Echavarría, 2003).
La escuela, al ser una institución educativa ética,
política y moralmente corresponsable en la formación y socialización del sujeto
(Echavarría, 2003) es de gran importancia e influencia para la construcción de
la identidad de los individuos, ya que desde los primeros contactos con los
demás miembros de la institución se socializa, lo cual hace que se desarrolle
el conocimiento generador mediante el cual no sólo se enriquece la vida del
alumno, sino la vida de quienes interactúan con él.

Tomando en cuenta la identidad social y la colectiva,
podemos reconocer que estas dos son la base de la formación ciudadana ya que el
individuo al tenerlas bien establecidas, puede tomar en cuenta a cualquier otro
sujeto de la sociedad, hacer frente a los retos que conllevan las decisiones
que toma tanto individualmente como grupalmente, actuar de manera concertada y
colectiva, así como reconocer los derechos propios y ajenos de manera
responsable, todo lo anterior da como resultado una formación ciudadana
efectiva (Echavarría, 2003).
Referencias
Echavarría, C.
(2003) La escuela un escenario de
formación y socialización para la construcción de identidad moral. En: Revista
Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, Julio – Diciembre, Vol.
1, No. 002
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